sábado, 20 de octubre de 2012

Caminata nocturna

Un reproductor mp3, unas 200 canciones previamente seleccionadas, audífonos con sonido estéreo, haz elegido la calle más larga que conoces, es de noche, llueve pero no mucho, lo suficiente como para tener la vía libre y sin mucha gente que obstruya el camino, todo lo necesario para poder meditar y recordar sin preocupaciones.
Puedes caminar por  lugares que ni conoces, puedes salirte un poco de la ruta, ir de extremo a extremo, y preguntarte el por qué las calles resultan tan pequeñas, detenerte en cualquier lado, y aún sin ser especial o de tu agrado puedes sentir una gran tranquilidad. Los sonidos de la música que elegiste son oídos levemente y aún no los “percibes”. 

Apenas han pasado 4 horas y haz recorrido tantas calles y lugares de los que hayas visitado por años, las ideas fluyen por tu mente, pero como tantas, todas se pierden y se pretenden olvidar, puede que tu meditación haya sido un fracaso, puede que haya muchas preguntas; pero nunca respuestas, nunca las hay.
Sólo ahí, en ese instante que ves fracasado tu intento de buscar respuestas a todo, la nada te consume, pero te compensa con comprender y entender las melodías que has elegido, las que ahora divagan y se esconden por tu mente, te agobian, provocan ira, o disgustan.  Eso es lo que elegiste, una salida que solo es un monólogo auditivo...