jueves, 10 de diciembre de 2015

Star Wars: Reflexiones sobre una galaxia muy lejana (Parte 2: Miedo y oscuridad)

Esta es la segunda parte de estas reflexiones que vengo escribiendo sobre la que es tal vez una de mis películas favoritas, no prefiero profundizar en la trama pero si destacar puntos importantes que inviten a quienes no vieron las películas a verla y acogerla en sus mentes, y a los que ya las vieron a que pueden guardarlas en sus corazones.

“…el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento…”. 
(Una frase memorable del maestro Yoda)

Es el miedo muchas veces el que nos impide seguir para avanzar o probar nuevas cosas, el miedo a decir lo que sentimos, el miedo al fracaso, el miedo al riesgo. Este es un tema que se repite en casi toda la saga, podríamos tomar como ejemplo al miedo que tuvo Luke de dejar su hogar o el miedo que tuvo su padre (Anakin) al dejar a su madre para comenzar una nueva vida.


Si bien es cierto que el miedo puede ser sensato, no debe absorber el desarrollo de nuestros objetivos. En el caso de Anakin, un niño esclavo que vivía junto a su madre en un planeta desértico (ver el Episodio I), es alguien que a su corta edad sueña con liberar esa esclavitud que tanto detesta, pero que en algún momento su vida se cruza con personas que ven un potencial en él, y quieren llevarlo para que tal vez pueda convertirse en alguien muy importante (convertirse en maestro Jedi, el “elegido”, alguien que combatiría el mal y traería un equilibrio al universo). Un niño que ha visto a su primer amor, y que ha mantenido un recuerdo vivo para que años más tarde llegue a consolidar…

No creo que sea descabellado pensar que luego de 10 años de no ver a su madre (ver Episodio II), sienta angustia de saber que ha pasado con ella. Al tener un estricto modo de vida, aunque si bien un caballero Jedi debe ayudar a los demás, no debe llegar a vincularse sentimentalmente con ellos, amar, casarse, o tener una familia. Modo de vida más bien cercano al de un monje.

Para Anakin pocas cosas mantienen recuerdos agradables, como el recuerdo de su madre o la imagen que grabo cuando era niño de quien se convertiría en su única compañera de vida luego, un tema que tocaré en la siguiente parte.

Es cierto que como Anakin, al ver tantas desgracias y fracasos,  llega a sentir odio hacia su entorno, odio, ira y angustia que no deberíamos dejar sea destructiva. Por la ira el pierde el control se su temperamento algo trascendental para un caballero Jedi, se convierte en alguien orgulloso e inestable, él llega a matar por venganza, a odiar a su maestro a quien consideraba su padre, al perder la confianza en su entorno, al llegar a obsesionarse con la idea de perder a su amada (ver Episodio III).

En las precuelas (Episodios I-III) vemos la caída del protagonista, del niño bondadoso del desierto de Tatooine, del elegido, del héroe, de alguien que no dudaba en ayudar a quienes quería; alguien que llega a convertirse en el villano para los siguientes episodios (Episodios IV-VI), un ser oscuro, casi carente de sentimientos: Darth Vader…



En fin san tantas cosas negativas que debemos ver, y tomar como base para no llegar a la autodestrucción...

(Continuará en la tercera parte)