Esta es la segunda parte de estas reflexiones que vengo
escribiendo sobre la que es tal vez una de mis películas favoritas, no prefiero
profundizar en la trama pero si destacar puntos importantes que inviten a
quienes no vieron las películas a verla y acogerla en sus mentes, y a los que
ya las vieron a que pueden guardarlas en sus corazones.
“…el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio
lleva al sufrimiento…”.
(Una frase memorable del maestro Yoda)
Es el miedo muchas veces el que nos impide seguir para
avanzar o probar nuevas cosas, el miedo a decir lo que sentimos, el miedo al
fracaso, el miedo al riesgo. Este es un tema que se repite en casi toda la
saga, podríamos tomar como ejemplo al miedo que tuvo Luke de dejar su hogar o
el miedo que tuvo su padre (Anakin) al dejar a su madre para comenzar una nueva
vida.
Si bien es cierto que el miedo puede ser sensato, no debe
absorber el desarrollo de nuestros objetivos. En el caso de Anakin, un niño
esclavo que vivía junto a su madre en un planeta desértico (ver el Episodio I),
es alguien que a su corta edad sueña con liberar esa esclavitud que tanto
detesta, pero que en algún momento su vida se cruza con personas que ven un
potencial en él, y quieren llevarlo para que tal vez pueda convertirse en
alguien muy importante (convertirse en maestro Jedi, el “elegido”, alguien que
combatiría el mal y traería un equilibrio al universo). Un niño que ha visto a
su primer amor, y que ha mantenido un recuerdo vivo para que años más tarde
llegue a consolidar…
No creo que sea descabellado pensar que luego de 10 años de
no ver a su madre (ver Episodio II), sienta angustia de saber que ha pasado con
ella. Al tener un estricto modo de vida, aunque si bien un caballero Jedi debe
ayudar a los demás, no debe llegar a vincularse sentimentalmente con ellos,
amar, casarse, o tener una familia. Modo de vida más bien cercano al de un
monje.
Para Anakin pocas cosas mantienen recuerdos agradables, como
el recuerdo de su madre o la imagen que grabo cuando era niño de quien se
convertiría en su única compañera de vida luego, un tema que tocaré en la
siguiente parte.
Es cierto que como Anakin, al ver tantas desgracias y
fracasos, llega a sentir odio hacia su
entorno, odio, ira y angustia que no deberíamos dejar sea destructiva. Por la
ira el pierde el control se su temperamento algo trascendental para un
caballero Jedi, se convierte en alguien orgulloso e inestable, él llega a matar
por venganza, a odiar a su maestro a quien consideraba su padre, al perder la
confianza en su entorno, al llegar a obsesionarse con la idea de perder a su
amada (ver Episodio III).
En las precuelas (Episodios I-III) vemos la caída del
protagonista, del niño bondadoso del desierto de Tatooine, del elegido, del
héroe, de alguien que no dudaba en ayudar a quienes quería; alguien que llega a
convertirse en el villano para los siguientes episodios (Episodios IV-VI), un
ser oscuro, casi carente de sentimientos: Darth Vader…
En fin san tantas cosas negativas que debemos ver, y tomar
como base para no llegar a la autodestrucción...
(Continuará en la tercera parte)